Difractómetro versus Metalografía

En la antigüedad los arúspices pronosticaban el futuro investigando las vísceras de las aves. Ellas llevan en sus entrañas muestras de alimento de distintas latitudes según sus hábitos migratorios.  Los arúspices analizando las vísceras, con su gran sabiduría, experiencia, intuición y creatividad podían prevenir de catástrofes climáticas, pestes y el futuro en general.


Nuestros #metalógrafos son los arúspices modernos de los tratamientos térmicos ellos nos pueden brindar muchísima información sobre el historial de la pieza. 


Con facilidad, los metalógrafos, detectan la presencia de austenita retenida (A.R.). En cuanto a la determinación cuantitativa de la austenita retenida; debemos recurrir a un instrumento de medición.


Tres metalógrafos observando una misma metalógrafía estimarán distintos porcentajes de austenita retenida cada uno.


Si estimamos a ojo una distancia tendremos distintas estimaciones de acuerdo a la subjetividad de cada uno. Es por ello que para medir distancias utilizamos una regla.


El difractómetro analiza el espectro de difracción de rayos X GNR y permite determinar la A.R. comparando la magnitud de las líneas espectrales. Esto brinda mediciones con una deviación estándar de 0,2 a 0,8.

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